Cuando hablamos de la carrera espacial, lo primero que se nos viene a la mente son cohetes, astronautas y centros de control repletos de ingenieros. Sin embargo, la historia demuestra que la exploración del espacio ha sido moldeada también por mujeres que, desde distintas disciplinas, han abierto camino y roto barreras. Sus aportes han sido esenciales para que la humanidad llegue, literalmente, más lejos de lo que jamás imaginó.
Un viaje desde las matemáticas hasta las estrellas

Katherine Johnson
En los años 60, mientras el mundo observaba con asombro la carrera por llegar a la Luna, un grupo de mujeres afroamericanas trabajaba en silencio en la NASA, realizando cálculos cruciales. Entre ellas, Katherine Johnson, matemática que calculó trayectorias para las misiones Mercury y Apollo 11, asegurando que el primer hombre llegara a la superficie lunar y regresara a salvo. Su trabajo fue tan preciso que incluso, años después, cuando llegaron las computadoras, los astronautas pidieron que ella verificara los datos antes de despegar.
Las ingenieras también han jugado un papel clave en esta carrera. Margarita M. Acosta, ingeniera mexicana, participó en el diseño de sistemas de comunicación satelital que mejoraron la transmisión de datos desde el espacio a la Tierra. Más recientemente, Swati Mohan, ingeniera aeroespacial, lideró el sistema de control de actitud y navegación durante el aterrizaje del rover Perseverance en Marte, convirtiéndose en una de las voces más reconocidas en la misión.
Swati Mohan
Científicas que expanden nuestro conocimiento
En el campo de la astrobiología, Laurie Barge estudia cómo podrían originarse formas de vida en otros planetas, mientras que Ellen Stofan, geóloga planetaria, ha investigado la historia de Venus, Marte y las lunas de Saturno para entender la evolución de mundos que podrían albergar vida. Estas científicas han ampliado los límites de lo que sabemos sobre el cosmos y sobre nuestra propia Tierra.
El espacio no solo necesita ingenieros y científicos: la medicina espacial es vital para mantener la salud de astronautas en misiones prolongadas. La doctora Ana Maria Jaramillo, médica colombiana, ha trabajado en investigaciones sobre cómo la microgravedad afecta la masa ósea y la presión intracraneal, estudios fundamentales para preparar a la humanidad para viajes de larga duración a Marte.
Y no se puede hablar de mujeres en la carrera espacial sin mencionar a Valentina Tereshkova, la primera mujer en viajar al espacio en 1963. Décadas después, Sally Ride se convirtió en la primera estadounidense en órbita, inspirando a generaciones enteras. Más recientemente, Christina Koch y Jessica Meir realizaron la primera caminata espacial exclusivamente femenina en 2019, un momento histórico que simbolizó un cambio en la representación de género en misiones espaciales.
Christina Koch (derecha) y Jessica Meir (izquierda)
Hoy, las agencias espaciales y empresas privadas trabajan por aumentar la participación femenina en todos los niveles. Desde el diseño de hábitats lunares y sistemas de impresión 3D en el espacio, hasta la programación de software para satélites y la coordinación de misiones internacionales, las mujeres están demostrando que el talento no tiene género ni límites.
Su diversidad profesional ha fortalecido la capacidad de la humanidad para explorar el espacio. Las matemáticas que calculan órbitas, las ingenieras que diseñan sistemas, las científicas que estudian planetas y las médicas que cuidan la salud de astronautas son piezas fundamentales de un rompecabezas que sigue expandiéndose.
Y, quizá lo más importante, sus logros inspiran a nuevas generaciones de niñas y jóvenes a imaginarse no solo mirando las estrellas, sino construyendo el camino hacia ellas.